Siendo una viajera frecuente pero a la vez alguien que intenta vivir la vida de la manera más sustentable posible, no puedo evitar sentir culpa cada vez que me subo a un avión y pienso en mi huella de carbono 😰. Producir la energía necesaria para levantar un avión de mas de 200 toneladas, mantenerlo en el aire y luego bajarlo a Tierra, requiere una enorme cantidad de queroseno, el que es un combustible fósil, uno de los mayores emisores de dióxido de carbono y polución en nuestro ya dañado planeta. 💔🌎

Sin embargo, viajar se ha hecho parte de nuestras vidas y tiene muchos efectos positivos también, 😊 por lo que mi consejo no es dejar de viajar si no hacerlo de forma responsable con el medio ambiente, el planeta y sus habitantes. ❤🌲

Para mitigar mi culpa 😬 y borrar en parte mi huella de carbono estas son algunas de algunas de las acciones que llevo a cabo durante mis viajes:

1. Evitar viajar en avión para viajes cortos. ✈

Los vuelos de larga distancia producen el doble de emisiones de C02 por kilómetro recorrido por pasajero que los automóviles, y los vuelos de corta distancia son aún peores, produciendo tres veces más emisiones nocivas 😱. Auto, tren, bus, bicicleta o moto son opciones que no siempre pueden reemplazar un vuelo, pero considéralo si tienes tiempo y existe la alternativa.

2. Slow travel.

Claro, no siempre se puede, pues a veces se viaja por trabajo o solo se tiene determinado número de días de vacaciones, pero volar con menos frecuencia y permanecer más tiempo en el destino o moviéndose de forma más sustentable dentro de la zona visitada es una manera de aminorar el impacto que nuestra aventura tenga en el medio ambiente.

3. Elegir vuelos sin escalas.

Aunque suele ser más caro, siempre intento buscar la ruta más directa a mi destino, idealmente vuelo directo. Despegues y aterrizajes causan la mayoría de las emisiones de CO2 en una aeronave por lo que sugiero evitar dentro de lo posible paradas y cambios de avión.

2. Hospedaje de dueños nacionales o locales.

Evito los grandes hoteles corporativos. Ocasionalmente me quedo en cadenas u hoteles cuyos propietarios no son del país, pero siempre siempre me preocupo de que sean empresas que se caractericen por su sustentabilidad. Sobretodo en África, o algunas regiones de Asia, la mayoría de los lodges pertenecen a extranjeros, no obstante utilizan los servicios de gente del lugar otorgando fuentes de trabajo, lo que para mi es imprescindible. El alojamiento en AirBnb, Couchsurfing, Guesthouses u hoteles regionales puede lograr borrar algunas de nuestras nocivas huellas aportando a la economía local. 

5. Ni grandes hoteles ni resorts All Inclusive.

Cuanto más grande el hotel más impacto en el medio ambiente pues tienden a lavar más frecuentemente sábanas y toallas desperdiciando agua y energía. Además algunos “roban“ espacio al hábitat natural para construir varias piscinas, canchas de golf y zonas de entretenimiento. En cuanto a resorts “ all- inclusive” no los elijo para vacaciones a menos que no haya alternativa (como en las Maldivas o las Seychelles) pues en general no ayudan a la economía local, ya que al ofrecer todo dentro de sus instalaciones los huéspedes no salen a conocer e invertir en tiendas, restaurantes o paseos culturales de la localidad. Se visita una región sin beneficiarla, lo que es necesario para un turismo sustentable.

6. Ser responsable con la vida silvestre.

Me niego a ir a zoológicos. Si no puedo ver a la fauna en su hábitat, la veré en documentales. Aconsejo desconfiar de compañías que ofrezcan contacto cercano con los animales, pues en la mayoría de los casos esto los perturbará. Una actividad relacionada con vida salvaje que permita interacción con esta, será probablemente poco ética 🤔. Esto incluye nadar con delfines en cautiverio (lo hice hace muchos años pero hoy no lo volvería a hacer ni recomendar por resguardar la libertad de los delfines). Si un animal debe sostener una pelota con su nariz, no esta en su hábitat. 🙁

7. Devolver la mano.

Hay lineas aéreas que ofrecen añadir al precio del pasaje una suma para obtener una carbon print offset, es decir pagando un extra, la compañía se encargará de dar ese dinero a alguna organización sin fines de lucro que se dedique a plantar árboles en Indonesia o construir redes de agua potable en aldeas de África, solo por dar algunos ejemplos, de esta forma se contrarresta algo del daño ocasionado al viajar en avión. Personalmente, prefiero buscar mi propia manera de compensación y cada vez que viajo a lugares remotos busco la manera de cooperar con la comunidad. He adoptado un orangután en Borneo (no, no me lo traje a casa, adoptar en este caso quiere decir dar dinero para ayudar a su reinserción en los bosques y me envían correos con sus avances una vez cada 3 meses) he colaborado con útiles en una escuela de Mongolia, plantado árboles en Sabah, replantado corales en el Mar de China, enseñado inglés en Kenia, plantado hierbas en India, por ejemplo. Siempre habrá algo que entregar a cambio. Investigue y encontrará la posibilidad de retribuir al planeta y su gente.

8. Viajar con nuestros propios plásticos reutilizables.

Simplemente he dado un NO con mayúscula al plástico de uso único. Por lo que una manera responsable de viajar es llevando mi propia botella de agua que contiene un filtro en caso de ir a países en que el agua de la llave no sea potable. Si no confío en el poder del filtro, porque el agua es demasiado turbia en determinado lugar, los hoteles siempre pondrán agua al desayuno y ahí llenaré mi botella. En países como Noruega, por ejemplo, no hay ninguna posibilidad de que en las amenities de los hoteles pongan gorra de baño o jabón en barra por razones medio ambientalistas. Cuando me di cuenta del daño originado por cientos de gorras plásticas desechables y pequeñas barras de jabón que quedan a medio usar y terminan en los océanos, viajo también con mi propia gorra (no plástica) y un jabón grande que dure todo el viaje y que no contenga micro partículas. Siempre en mi maleta además (y en mi cartera cuando no estoy viajando) va una bolsa de compras reutilizable. Es impresionante la cantidad de bolsas con las que uno terminaría después de un viaje si se las acepta.

9. Bucear sin dañar.

El 25% de los arrecifes de coral en el mundo están destruidos sin posibilidad de recuperación. Pero sin duda este es uno de los más maravillosos deportes que existe y uno de los que nos acerca más a la naturaleza, 🌸 por lo que hay que ser extremadamente cuidadoso al practicarlo para no pisar el coral y estar alerta para no perjudicar el ecosistema marino, recordemos que muchos peces mueren sin la existencia del coral. Personalmente, en muy pocas ocasiones uso aletas pues es mucho más difícil darse cuenta de lo que pasamos a llevar con ellas puestas. Otra precaución que recomiendo tener es no bucear en grupos grandes que perturben la fauna marina y por último usar bloqueador solar que sea biodegradable ya que de lo contrario partículas tóxicas quedarán en el mar.

10. Comer y comprar en negocios de lugareños.

Mi recomendación es evitar a toda costa cadenas de comida internacional como
McDonald’s pues no estará contribuyendo a la economía del lugar visitado. En cambio la cocina local, estará preparada con ingredientes típicos y no solo aportará al aprendizaje durante el viaje sino que estará probablemente ayudando a pequeños agricultores y emprendedores de la región. En cuanto a souvenirs, evito comprar objetos de fabricación masiva que seguramente fueron hechos en una gran fábrica y tuvieron que ser transportados dejando una gran huella de carbono. Además de ayudar a los pequeños artesanos al comprar sus trabajos se que estoy llevándome a casa algo único y de seguro tradicional del lugar donde estuve. 

Nosotros los seres humanos somos los principales emisores de CO2 tratemos de compensar ese hecho !

Olga Mallo